sábado, 13 de diciembre de 2008

Clásico


Fútbol Club Barcelona contra Real Madrid Club de Fútbol. Nuestro partido del siglo anual y repetido hasta la saciedad. El mismo partido, igual y distinto todos los años. No importan clasificaciones, situaciones o lesionados. Un partido que empieza cero a cero, como todos, pero de cuyo resultado depende en gran medida el estado de animo de una ciudad entera, o al menos de la parte de la ciudad que siente al equipo como suya.

Llegan ambos equipos con mucho que ganar y que perder, el Madrid puede ahondar su crisis, aunque las justificaciones, como el poco tiempo del que ha dispuesto el nuevo entrenador, las lesiones, la corta plantilla, pueden suponer un alivio a su situación, siempre que no salga derrotado clara y contundentemente. Pero la necesidad despierta el orgullo y precisamente ese es el valor más fiable del Real Madrid, un equipo con fe en sus posibilidades siempre es un peligro. Toda la confianza que les falta al presidente y le faltaba al destituido entrenador es lo único salvable de un equipo corto, sin alas, que depende de su contundencia y de mucha suerte para ganar.

En el Barcelona el peligro es la duda, una derrota significa resucitar al enemigo e instalar en casa a las urgencias, a las necesidades de demostrar y confirmar algo que se intuye domingo a domingo, que el juego del Barça ha crecido, ha dado un paso adelante, alejándole de sus rivales y poniéndole al frente del fútbol español. Les queda por demostrar que pueden con los grandes, algo que su débil grupo de la Champions y la debilidad demostrada ante ellos por los equipos de supuesto primer nivel. Necesita el Barça un equipo que le juegue de igual a igual, que le plante cara y demuestre su verdadero nivel.

Esta noche habrá mucha gente triste y mucha gente alegre, el estado de animo de una persona depende hoy de que un esférico de cuero entre o no entre el rectángulo formado por tres listones y una linea blanca pintada con cal en un suelo de verde de cesped.

No hay comentarios: