jueves, 20 de noviembre de 2008

Cuenta conmigo


Los amigos de la infancia tienen la suerte de ser siempre los mejores amigos. 

En la infancia no existe la traición, o las traiciones se resuelven con unas rodillas peladas y un moratón en el brazo por unos golpes lanzados torpemente, la envidia es un leve defecto, porque tampoco existe nada que envidiar realmente y si existe, lo más probable es que la amistad no lo resista y se olvide tan rápido como surgió.

Los veranos te unían a tu pandilla, reunidos en torno a un banco de cualquier parque, o dentro de una cancha de baloncesto, jugando hasta que no veías la pelota. 

Un viaje, una excursión una acampada, todo era una pequeña gran aventura, tan infantil como sus protagonistas, tan infantil como esta película. 

Porque en cada paso del viaje, en cada travesera de la vía del tren, se queda un poco de esa infancia, porque ante todo los mejores amigos son los que se pierden, los que solo tenemos en el recuerdo y a los que nuestra imaginación llena de cualidades y colma de lealtad.

Cuenta conmigo nos habla de esos amigos que perderemos, que no serán nunca tus viejos amigos, pero que siempre serán los mejores. Porque siempre podrás contar con ellos.

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