jueves, 16 de octubre de 2008

Estudio en escarlata


Poco podía imaginar el curtido doctor militar James Watson que la búsqueda de un alojamiento económico y compartido cambiaría su vida para siempre. Watson conocerá a Holmes y su vida en el 221b de Baker Street les unirá para siempre.

Sherlock Holmes, es el detective,es el hombre,es el estudioso de las variedades del barro de Londres y es el hombre que desconoce que la Tierra es redonda, es el experto en química y es el que ignora la literatura clásica. Para Holmes el mundo se reduce a la investigación, no sabe nada fuera de ese campo y de saberlo, desea olvidarlo para dejar lugar a nuevos conocimientos prácticos.

Watson se convertirá en nuestro traductor, aterrizara en el planeta Holmes y contactara con su habitante, y nos contara su apasionante historia, nos descubrirá al detective, al investigador, el observador ajeno al mundo que observa.

Para Holmes, Watson sera la soga que le una con el mundo, que le ate y no permita que se aleje aun más de la realidad. Es el amigo que aparece cuando menos te lo esperas, el que se convierte en compañero de andanzas aunque sea evidente que no tenéis nada en común.

El estudio en escarlata en si, no es uno de los más brillantes libros de Sherlock Holmes, sería algo así como el episodio piloto de una serie, donde se presentan los personajes y se intenta enganchar a la gente, pero que una vez presentado al público, cambia algunas cosillas para que semana a semana nos apasionemos con sus aventuras. Holmes gana en los recorridos más cortos, en los casos pequeños, donde cada detalle, cada pista es lo que cuenta.

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